martes, 30 de noviembre de 2010

Las Bellas mascaras de Venecia

Nacido en el siglo xi, es el carnaval mas antiguo y aristocrático de Europa. Un magico ritual que invade canales y plazas.


La bellísima ciudad de Venecia alberga una de las manifestaciones mas hechizantes del mundo: su carnaval. En febrero -este año del 28 hasta el 8 de marzo-, cuando el misterio lo invade todo, miles de personas enmascaradas pasean por las calles estrechas recreando un universo teatral y mágico.
Esta fiesta pagana que representa a Venecia de modo unívoco, tuvo sus primeros ensayos en el siglo XI. Pero no fue hasta el siglo XIII, con el apogeo de la ciudad, que se popularizo y alcanzo su máxima belleza. En esos siglos, celebrar el carnaval permitía a las familias aristocráticas mezclarse con el pueblo, un privilegio que proporcionaba el anonimato de las mascaras.





Aunque el carnaval es una fiesta que se vive en toda la región del Véneto, las festividades que se llevan a a cabo en Venecia son las mas famosas. En sus comienzos, el carnaval duraba dos meses y era la época en que todo estaba permitido; las mascaras protegían a sus dueños de los reproches posteriores. Hoy es tal el auge del carnaval que los hoteles y restaurantes se ven colmados por miles de turistas de todo el mundo meses antes de la llegada de este. En verdad, Venecia se convierte en una suerte de enorme fiesta colectiva que, a determinada hora, ya no permite el acceso a nadie mas.
El carnaval comienza, como corresponde, con la celebración mas antigua: la Fiesta de las Marías, que data de 1039 y convoca al desfile de un cortejo por San Pietro Di Castello, que culmina en la Piazza San Marco. Al día siguiente, llega el desfile inaugural y entonces toda Venecia de envuelve en un cantar de mascaras y comida conquistan los campi (una suerte de plazas) de Santa Margherita, Sant´Angelo y San Stefano.
Las mascaras y los disfraces juegan un papel clave en este mundo anónimo, donde las divisiones de clases parecen desaparecer, donde mágicamente todos se vuelven iguales, donde todo, lúdica y no lúdicamente, esta permitido. Los participantes se regocijan desfilando disfrazados por las calles. Porque allí es donde se disfruta el carnaval: en las calles, con desfiles organizados o espontáneos. Allí es donde los visitantes consiguen el recuerdo mas memorable: fotografiarse protegidos por una mascara, envueltos por una capa de seda o de raso, junto a cientos de figuras también enmascaradas.





Durante las noches, los bailes invaden los salones y los fastuosos palacios resultan perfectos escenarios para las fiestas, a las que se puede asistir previo pago de entrada que, de mas esta decirlo, no es barata. Las comparsas, conocidas como las Compagnie Della Calza, que tienen ente las mas conocidas a Los Antiguos y a Los Ardientes, realizan desfiles por la ciudad,. En la gran fiesta veneciana, los trajes que se utilizan son los característicos de 1700, donde abundaban las maschera nobile, esas caretas blancas a las que se agregan ropas de seda negra y sombreros de tres puntas.
Recién en 1779 se fueron sumando otros colores a los trajes aunque las mascaras siguen siendo en su mayoría blancas, plateadas y doradas. Este fue el año, ademas, del resurgimiento del carnaval, que en el siglo XVIII encontró sus mejores versiones. La posterior industralización resto tiempo para la diversión.



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